Un poco de historia “24 de octubre de 1954 nace SIAM Argentina – Siambretta”
A finales del año 1954, en pleno apogeo de la industrialización en Argentina, se produjo una transformación significativa en la movilidad popular. Este fenómeno permitió a muchos trabajadores trasladarse de sus casas a sus lugares de trabajo de manera cómoda y accesible. Esta revolución en el transporte se concretó en octubre de ese año con el nacimiento de la Siambretta, la versión argentina de la famosa Lambretta italiana.
La historia de la Siambretta comienza con SIAM Di Tella, una empresa fundada en 1911 por Torcuato Di Tella en Buenos Aires. Originalmente dedicada a la producción de maquinaria industrial, SIAM Di Tella diversificó sus operaciones a lo largo de los años. En la década de 1950, en un esfuerzo por adaptarse a las necesidades del mercado y fomentar la movilidad, la empresa decidió incursionar en la fabricación de motos.
La Lambretta, creada por la empresa italiana Innocenti en 1947, se había convertido rápidamente en un símbolo de movilidad y estilo en Europa. SIAM Di Tella vio una oportunidad en este diseño innovador y práctico y firmó un acuerdo de licencia para producir la Lambretta en Argentina. Así nació la Siambretta, una moto que combinaba la ingeniería italiana con la manufactura argentina.
La primera Siambretta salió de la fábrica en octubre de 1954. Este modelo, conocido como “Siambretta 125”, fue un éxito inmediato debido a su diseño robusto y su accesibilidad económica. La Siambretta no solo facilitó el transporte diario de miles de trabajadores, sino que también se convirtió en un icono cultural en Argentina.
La Siambretta se caracterizaba por su motor de dos tiempos y su facilidad de manejo, lo que la hacía ideal para las calles y caminos de Argentina. Su bajo consumo de combustible y su capacidad para llevar hasta dos pasajeros la hicieron extremadamente popular entre la clase trabajadora y los jóvenes. Además, la Siambretta representaba un paso importante hacia la modernización y la industrialización del país, al fomentar la producción local y reducir la dependencia de las importaciones.
En los años siguientes, SIAM Di Tella amplió la gama de modelos de Siambretta, introduciendo versiones con motores más potentes y mejoras en el diseño y la funcionalidad. La Siambretta se convirtió en una vista común en las calles argentinas, utilizada tanto para el transporte personal como para el reparto comercial. Su impacto en la movilidad fue tan grande que incluso hoy en día, décadas después de que cesara su producción, las Siambrettas restauradas son apreciadas por coleccionistas y entusiastas de las motos clásicas.
Sin embargo, los años 60 trajeron consigo desafíos económicos y cambios en el mercado que afectaron a SIAM Di Tella. La competencia de automóviles más asequibles y la creciente disponibilidad de otras marcas de motos llevaron a una disminución en la demanda de la Siambretta. A pesar de esto, el legado de la Siambretta perdura como un testimonio del ingenio y la capacidad de adaptación de la industria argentina.